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En el año 1990, ARSIDO en La Rioja se fundaba como una asociación con espíritu reivindicativo por los derechos de las personas con síndrome de Down y asumiendo un constante trabajo por su inclusión plena en la sociedad. Treinta años después, y por fortuna, muchas cosas han mejorado en la vida de estos riojanos, sin embargo, todavía quedan grandes pasos que dar hacia la culminación de esos objetivos que ARSIDO tiene desde su nacimiento: plena autonomía, igualdad de derechos, inserción laboral e inclusión social.
«El trabajo en este tiempo de ARSIDO es importante porque los que hace treinta años eran niños ahora son adultos con su trabajo, que gestionan su casa, tienen su pareja, hacen un ocio normalidado como cualquier otro ciudadano...», explica Milagros Portillo, presidenta de la entidad, apuntando que «hemos crecido formando a estas personas para que puedan tener opinión y voz propia, ya que la sociedad no les ha tenido en cuenta durante mucho tiempo».
Actualmente, ARSIDO integra a 65 familias y otros tantos usuarios con edades desde los cero hasta los 55 años, algo que ofrece una buena idea de la magnitud de su trabajo y de su amplia oferta de servicios. «El abanico va desde la atención temprana hasta el envejecimiento, pasando por programas de apoyo educativo, de formación para el empleo, de vida en la edad adulta o de vida independiente», explica Milagros Portillo, añadiendo que «es fundamental la formación en la autonomía personal y la independencia».
Uno de los grandes frentes de ARSIDO es la inclusión en la sociedad riojana de las personas con síndrome de Down. Para ello cuentan con iniciativas como el equipo de baloncesto Basket Down La Rioja o el grupo de teatro 'Artes Down', en los que participan personas con y sin discapacidad. «Compartir espacios con las personas con discapacidad sirve para concienciar», indica Milagros Portillo. Pese a todo, aún queda mucho por hacer en este sentido:«Todavía tenemos que luchar contra los tópicos. La sociedad, además, tiende a sobreprotegerlos, algo que no queremos que ocurra, y, por otro lado, los excluye». Por otra parte, desde ARSIDO se ofrece a las familias formación y un apoyo y acogida desde el momento mismo del embarazo.
Los ámbitos educativo y laboral son claves para el desarrollo personal. Con respecto al primero, la presidenta de ARSIDO reseña que «resulta fundamental la educación inclusiva, que se centre en su aprendizaje y no sólo en la nota. Deben tener presencia y participación y así llegará el progreso». El siguiente paso, el del acceso al mercado laboral, resulta más vital si clave en la búsqueda de la autonomía de las personas con síndrome de Down: «Con el empleo consiguen independencia, su dinero, que les obliga a controlar sus vidas de otra forma. En la Rioja hay 17 personas con síndrome de Down trabajando y es mejor invertir en su autonomía personal que en el proteccionismo y lo asistencial».
Uno los puntos sobre los que centran su discurso en ARSIDO es la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad del 2006, a la que se sumó España. «Todavía sigue habiendo leyes que deben ser modificadas porque van contra esa convención. Por ejemplo, debería desaparecer la figura de la incapacitación. No podemos permitir que a estas personas se les calle, deben tener esa autonomía que todos tenemos», expone Portillo.
Dentro de ARSIDO, por ejemplo, son los impulsores de la actividad de la asociación, de la creación y funcionamiento de sus programas, asumen la toma de decisiones en la misma y se implican en todos sus procesos. Y en esta situación de pandemia han vuelto a estar a la altura: «Han afrontado el confinamiento muy bien y ahora cumplen las normas a la perfección».
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