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El pasado 3 de abril ardió un coche en plena vía pública de Entrena. El día anterior dos bomberos murieron y otros quince resultaron intoxicados por inhalación de humos en el incendio de un garaje en Alcorcón ... cuya causa, aún por esclarecer, pudo ser un vehículo eléctrico. «Incendios en vehículos ha habido siempre, así que la alarma que parece que hay con los eléctricos no está justificada. En las estadísticas comprobamos que los eléctricos no se incendian más que los de combustión, de gasolina», advierte Daniel León, jefe de los Bomberos de Logroño.
En La Rioja no existe una normativa sobre la localización de las plazas y los puntos de recarga de los vehículos eléctricos pero los Bomberos de Logroño recomiendan, en las nuevas construcciones, que se sitúen en las plantas más altas de los garajes y lo más próximo posible a los accesos. Además, ante cualquier suceso, aconsejan el método PAS: proteger, alertar y socorrer. No debemos obcecarnos en salvar el coche, por mucho aprecio que le tengamos, pero, en la medida de lo posible, sí debemos apartarlo de la circulación. Es esencial proteger el escenario y a nosotros mismos, alertar al 112 y socorrer a las posibles víctimas. «Hay que evitar riesgos y ayudar», aconseja Daniel León.
Cierto es que para algunas personas el coche es un bien muy preciado y que por salvarlo pueden correr riesgos innecesarios, como ocurrió en la tragedia de la dana en Valencia. «Cuando la gente intenta recuperar sus vehículos se pueden generar problemas. Eso nos ha ocurrido en algún garaje, quizá no tanto con el propio vehículo afectado sino con los contiguos, porque intentan sacarlos, pero debe ser bajo el mando de Bomberos que esté allí», reconoce Daniel León. «Exponerse al humo es una imprudencia que puede tener consecuencias. Con un garaje inundado de humo estás poniendo en juego tu vida. Lo desaconsejamos totalmente», subraya David Castillo, responsable de Recursos Humanos de los Bomberos de Logroño.
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Pero es inevitable que, por aprecio o instinto, queramos apagar unas llamas que afectan a algo de nuestra propiedad, aunque debemos dejar esta tarea a los profesionales, los bomberos. ¿Y cómo apagan estos el fuego de un coche? «En los de gasolina empleamos agua y espuma, mientras que en los eléctricos se están empleando nuevas técnicas», describe Daniel León. Y es que la verdad es que los vehículos eléctricos generan humos mucho más tóxicos y provocan que las llamas se propaguen más rápidamente.
«Hay una manta que cubre el vehículo intentando la extinción por sofocación, quitando el oxígeno a la combustión, aunque son métodos limitados porque controla el incendio en un espacio de tiempo. Está en progreso», especifica León. Otra técnica que los Bomberos de Logroño estudian aplicar es introducir un carro bajo el vehículo en busca de la batería, que a pesar de ser hermética puede generar una reacción química y exotérmica. «Acceder con agua a una batería estanca es difícil, así que se están inventando sistemas para pinchar la batería e inyectar un agente extintor especial», describe León. Pero todo es nuevo y requiere de pruebas y experiencia. «Estamos probando cosas nuevas para desarrollar nuestros procedimientos», aclara el jefe de los Bomberos de Logroño.
Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, todos cuentan con una hoja de rescate para los servicios de emergencia que informa cómo se desconecta la batería y dónde puede haber equipos de alta tensión. Y si un coche eléctrico recibe un golpe, la batería se debe desconectar automáticamente, a la vez que saltan los airbags. No obstante, la entidad asegura que las baterías de los vehículos eléctricos provocan muchos menos incendios que los vehículos de combustión. ¿Y cómo puede arder un coche eléctrico si no tiene combustión de gasolina sino que acumula litio? Un fallo o un impacto son los principales motivos para que se produzca un cortocircuito que genera la reacción química.
Los agentes también destacan la diferencia entre un incendio en espacio abierto o cerrado. «Cambian totalmente las circunstancias. A cielo abierto es mucho más fácil controlarlo, hay menos temperatura y puedes abordarlo desde diferentes ángulos, tienes visibilidad del entorno y la extinción es mucho más sencilla y controlable», detalla León. En cambio, en espacio cerrado, la situación se complica: «Falta visibilidad, se concentran humos tóxicos en un espacio muy cerrado, altas temperaturas... de tal manera que hasta llegar al incendio es complicado. Y aparecen otros riesgos, como la explosión de las ruedas».
Ante estos casos, la prioridad de los Bomberos es la protección de las personas evitando que el humo se derive a las viviendas, de manera que deciden si evacúan o confinan el edificio afectado. Después, abordan el fuego decidiendo el acceso más adecuado. Recientemente los Bomberos de Logroño realizaron un ejercicio de formación en un garaje de un amplio edificio del centro de la ciudad que consideran «muy peculiar». «Todos los bomberos de Logroño hemos ido a conocer las singularidades de ese garaje», señala León.
«La normativa va a avanzado, aunque lo ideal es que avanzara más rápido todavía. Los edificios que se están construyendo ahora son mucho más seguros que los antiguos porque les exigen salidas de evacuación cada cierta distancia», revela el jefe de Bomberos de Logroño. «Por ejemplo, la sectorización de las escaleras no tiene nada que ver en los edificios nuevos que en los antiguos, que algunos ni las tienen», añade David Castillo.
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