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Fachada del bar Bueno bueno, que se traspasa en San Juan para abrir un local reformado un poco más abajo, en la misma calle . RODRIGO MERINO
San Juan y Laurel buscan nuevos dueños

San Juan y Laurel buscan nuevos dueños

Varios locales de las emblemáticas calles gastronómicas se encuentran en proceso de traspaso, algunos por jubilación, otros por cambio de negocio o de emplazamiento

Nuria Alonso

Logroño

Miércoles, 26 de marzo 2025

Por jubilación, por cambio de emplazamiento de negocio o por motivos de salud, pero también por hastío con el trabajo. Son los motivos que arguyen algunos de los responsables de los negocios de la calle San Juan y de la Laurel de Logroño que se encuentran en proceso de traspaso. Al menos cinco locales de la San Juan están inmersos en la búsqueda de un nuevo encargado que dé impulso al negocio.

En el caso del Bueno Bueno, se trata de una mudanza a otro local más moderno, con más posibilidades. Cuenta su propietario, Daniel, que ha optado por trasladarse un poco más abajo pero en la misma calle: «Nos vamos cerca, al número 20 de la calle San Juan». Tras once años en su actual ubicación (San Juan, 33), admite Daniel que necesitaba crecer y un cambio, para lo que se ha lanzado a reformar otro «local mejor», ahora totalmente inmerso en las obras de rehabilitación, que espera que finalicen para abrir en mayo.

Por una cuestión de salud lo deja uno de los encargados de otro negocio, que prefiere mantener un «perfil bajo». Dice que hace poco sufrió un infarto y que después de cuatro años y medio regentando un bar de pinchos, no está dispuesto a continuar. «Pocos se han interesado por seguir con el negocio», confiesa para añadir que también ha detectado cierto bajón en la afluencia de clientes.

El Peregrino San Juan, uno de los bares en traspaso. Rodrigo Merino
El bar Tal Cual, de San Agustín, busca nuevo propietario. Rodrigo Merino
La Bodeguilla Los Rotos también figura como 'traspasable'. Rodrigo Merino

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Otro local que busca nuevo propietario es El Peregrino San Juan (San Juan, 21), cuyo actual responsable se jubila en unos meses y quiere dejar todo bien atado antes de dedicarse a descansar. Igual que el As de tapas (San Juan, 42), que en este caso es porque los dueños ya gestionan otros locales y prefieren dar un paso atrás para enfocarse en sus otros cometidos.

También por estar en edad de jubilarse quiere dejar Luis la gestión de Los Rotos de San Juan, que considera haberse «ganado de sobra su derecho a descansar».

El precio de los alquileres de esta tipología de locales ronda los 1.700 euros en la calle San Juan, pero no figura entre los argumentos esgrimidos por los actuales propietarios de los bares para traspasarlos. De hecho, el presidente de la Asociación de la Zona de la Calle San Juan, Sergio Palacios, resta importancia a la mayor oferta de locales disponibles y la atribuye a «un cambio de ciclo, una fase» porque la clientela de la San Juan «es bastante fija y todos los bares funcionan».

«La clientela de San Juan es bastante fija y todos los bares funcionan», alega Sergio Palacios, de la Asociación Calle San Juan

Por eso, dicen estar «muy tranquilos» ante esta coyuntura «puntual» de locales en traspaso porque «cualquiera que llegue los puede explotar bien». Lo que sí asume como «más preocupante –señala Palacios– es el incremento de los precios de los productos, de las materias primas» con los que elaboran sus propuestas gastronómicas, los pinchos, porque eso sí que les fuerza «a repercutirlo en el precio que pagan los clientes».

En Laurel y alrededores también hay factores diversos que explican que haya tantos negocios en situación de cambio de propietario. Y pese a unos alquileres más elevados que en San Juan, alguno disponible por 3.700 euros mensuales, no aparece mencionado por los interesados en cesar la actividad hostelera.

El sacrificio de la hostelería

A sus 64 años, Fernando quiere traspasar el Tal cual, en San Agustín, 6. Aunque tiene margen de sobra, porque se ha dado un plazo de un año y medio hasta certificar su ansiada retirada, Fernando remarca que se siente «cansado de tanto trabajar» y que tiene ganas de cambiar de vida. Sobre posibles 'novias' para su local, dice haber atendido «algún que otro interesado, pero no ha fructificado».

En cambio, Pablo, actual responsable de El Embaucador, con acceso por Bretón de los Herreros y por San Agustín, apunta a que tanto él como su pareja tienen otras ocupaciones distintas a la hostelería y regentar el local les supone demasiado esfuerzo ahora que tienen un bebé que reclama su completa atención. También subraya Pablo que la normativa que restringe el horario de la hostelería de Laurel está afectando a los negocios y vaticina que «en verano será peor, porque la gente acostumbra a salir muy tarde, y sin duda perjudicará a los negocios».

En el mismo sentido coincide Jorge, responsable de Bodeguilla Los Rotos (San Agustín, 8), que subraya que «desde el covid nada ha sido igual». «Las costumbres cambian muy rápido», dice en referencia al tan de moda 'tardeo', y agrega que, salvo los fines de semana y festivos, «no hay mucha clientela los días laborables». A eso suma que la hostelería exige mucho sacrificio, por lo que el encargado de Los Rotos desde hace ocho años asume que aunque el negocio funciona («si no, no estaríamos aquí», comenta) no quiere «jubilarse en él».

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