Dani Giménez asegura que la UDL, «un club aficionado», estaba abocado al descenso

Dani Giménez, que iba a seguir en la UD Logroñés, no se anota el descenso del equipo en su curriculum. Así lo afirmaba ayer en La Voz de Galicia. Palabras llamativas, que no denotan implicación, que no son propias de un profesional y que hacen buena esa frase que ha esbozado Félix Revuelta en las últimas horas. «El que es de fuera lo siente porque es un fracaso, pero se va y punto. Los de casa sufren más», dijo. Globalizar no es justo, aunque en este caso concreto tampoco parece haber sentimiento.

Sí admite Giménez haberse visto afectado por el descenso. Eso sí. «Debo conocer que esta salvación era un poco milagro. Con las condiciones que tenemos aquí (en Logroño) era muy difícil mantenerse. Yo vine para tapar un agujero que había y poco más. No me lo anoto mucho este descenso, la verdad. Estaba casi abocado a ello», dice. Con ese pensamiento era más fácil descender que permanecer.

Para Giménez, que estaba en el paro después de descender con el Deportivo, el Logroñés «era un club aficionado dentro de una Liga profesional». Era un club. Y se reitera en el calificativo de «milagro» para hablar de la salvación, aunque asegura que el vestuario «estuvo muy bien» durante toda la temporada y «casi» consigue la permanencia.

Ocho partidos ha jugado Dani Giménez. Una victoria. Doce goles encajados. Números demoledores. Tercer descenso en su carrera frente a dos ascensos en los que jugó siete partidos, con el Rayo, y dos con el Betis. Quiere seguir jugando. Elegante no ha sido en su despedida. Y queda claro que el club se equivocó en su contratación.